Entonces... entró a la habitacíon, tomó la esplendorosa obra de Dostoievsky... de pronto en medio de tan abrupta confusión novelesca alzó la mirada y la vé.
Era una mirada única, se siente depronto en el vacío, solo puede distinguir su preciosa y peculiar gesticulacion de su rostro. Jamás imagino que iba a ser aquí, en este lugar...donde esa flor que tan escondida se encontraba comenzaría a dar sus semillas.
Se limita solo a mirarla, esperando solo un rayo de luz que cruce sus destinos y haga reaccionar tan inmenza pasión oculta en aquellas semillas, deseando que puedan convertirse paulatinamente en las mas preciosas flores de sinsero amor...
A. Espinoza.
lunes, 21 de septiembre de 2009
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