miércoles, 27 de abril de 2011

Embriagaos

Hay que estar siemrpe ebrio. Todo está allí: es la única cuestión. Para no sentir el horrible fardo del Tiempo que quiebra vuestras espaldas y que os inclina hacia la tierra, tenéis que embriagaros sin tregua.
Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, a vuestra guisa. Pero embriagaos.
Y si alguna vez os despertáis, sobre los peldaños de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad sobría de vuestro cuarto, ya aminorada o desaparecida la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro os responderán: "¡Es hora de embriagarse! ¡Para no ser esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; embriagaos sin tregua! De vino, de poesía o de virtud, a vuestra guisa"
-Charles Baudelaire

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